El compañerismo es lo mejor de la UNED… y también lo peor

4 marzo, 2018

Después de investigar un poco, parece que ahora entiendo mejor la actitud de Laura Cepero Amores. Resulta que desconocía su pasado en Wuolah. Mis disculpas, aunque podría haberlo mencionado antes y habríamos evitado todo este lío. Espero que esta disculpa sirva como un gesto para que ellos hagan lo mismo.

Es curioso cómo la realidad es una construcción social en los procesos de acoso moral. Siempre se crea una narrativa que justifica el maltrato hacia la víctima. En este caso, los acosadores han difundido una serie de falsedades que, a su vez, han sido utilizadas por los observadores para desarrollar argumentos cada vez más denigrantes. Estos observadores desempeñan un papel fundamental en todos los casos de acoso moral. La mayoría de ellos opta por mantenerse al margen porque es lo más cómodo y a nadie le gustan los problemas. Otros temen perder ciertos privilegios, y en este caso en particular, esos privilegios podrían ser el acceso a unos «apuntes fiables» y el acompañamiento durante la carrera. Resulta curioso cómo la expresión «apuntes fiables» se ha vuelto tan común en referencia a los apuntes de las susodichas. Si estás estudiando Psicología de las Organizaciones, seguramente podrás relacionarlo con la cultura organizacional. Parece que esa expresión se ha convertido en parte de su cultura, siendo útil para darle valor a sus apuntes y, al mismo tiempo, cuestionar la fiabilidad de los apuntes de los demás compañeros.

Otra cosa que me ha llamado la atención es la justificación que han utilizado para expulsarme y bloquear mi acceso a los grupos de estudio «Trabajemos Juntos» que este grupo controla en Facebook (supongo que la responsable de ese asunto es Sara Sarita Uned). En una conversación privada con una persona responsable de uno de esos grupos, me ha comentado lo siguiente

Oh, esta conversación es tan esclarecedora. ¡Realmente muestra cómo se construye una realidad retorcida en medio de un acoso moral! Permíteme analizar los hechos: según parece, he tenido la osadía de expresar mis opiniones sobre el anti-Podemos y mencionar el nazismo. Oh, sí, esos temas tan controvertidos. Resulta que ya había sido expulsado de esos grupos cuando mencioné mi posición anti-Podemos, ¡así que no sé de qué se quejan! Y lo del nazismo, bueno, lo saqué a relucir en el Grupo de Diferencias Individuales, haciendo una comparación tan sutil entre la censura y el régimen nazi. No tengo idea de qué pasó después en ese grupo, pero me indigna profundamente que ahora se requiera la aprobación de la administración para publicar. Cuando yo estudiaba esa asignatura, eso no existía, ¡y dudo mucho que se haya consultado a nadie sobre esa ridícula censura excesiva! De hecho, debido a la evidente incompetencia de una de las administradoras, me ofrecí como voluntario para ser administrador solo para eliminar esa censura. ¡Y Sara Sarita Uned me respondió algo como «encantada de compartir la administración»! Todo esto ocurrió uno o dos días antes de este alboroto. Además, en algunos de los grupos de los que me expulsaron, ya hacía mucho tiempo que ni siquiera publicaba nada. Parece que una de las «encantadoras» consecuencias del acoso es tener que aguantar comentarios tan malintencionados, donde sin el menor atisbo de vergüenza desprecian el trabajo que uno aporta a los grupos de estudio. No se toman ni la molestia de valorar lo que uno ofrece. ¡Y lo más gracioso de todo es que esta gente rara vez aporta algo significativo a esos grupos! Básicamente los utilizan para «beneficiarse» del trabajo ajeno y regar sus queridas macetas. ¡Qué maravilla!