D E M O C R A T O P I A

Prevalencias Psicopatología

Versión 1.0

La población general incluye tanto a individuos sanos como a enfermos, mientras que la población clínica incluye a personas que han sido diagnosticadas de algún trastorno identificado.

Cuando se han hecho estudios con población general se ha visto que la ratio de hombres/mujeres. Sin embargo, cuando hablamos de la clínica la ratio cambia porque estamos acotando el estudio únicamente a aquellas personas que tienen un diagnóstico.

♂️ TEA

La prevalencia del trastorno del espectro autista (TEA) en España varía según la fuente y el método de investigación, pero en general se estima que la prevalencia del TEA en España es de alrededor del 1%. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia del TEA puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado. Además, el TEA es un trastorno complejo y su diagnóstico puede ser difícil. Por lo tanto, las cifras exactas pueden variar dependiendo de las definiciones y criterios utilizados para diagnosticar el TEA. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica.

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El estudio científico realizado en torno al TEA está plagado de multitud de polémicas y controversias y una de las consecuencias que esto acarrea es la baja fiabilidad de los datos epidemiológicos, donde se barajan diferentes estimaciones en la prevalencia del TEA. Por otra parte, la media de edad en la que se realiza el diagnóstico es de 52 meses (más de cuatro años).

FuentePrevalencia población generalPrevalencia
niños
Diferencias por edadDiferencias sexo
Manual De Psicopatología UNED 3ª edición.1%Frecuencia similar en niños y adultosMayor frecuencia en niños que en niños (4:1)
Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de USA (2014)1,9%

Pare ver las cifras, en constante cambio, sobre la prevalencia del TEA en España, aconsejamos al lector que consulte la página Web de Autismo España.


♂️ TDAH

La prevalencia del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en España varía según la fuente y el método de investigación, pero en general se estima que la prevalencia del TDAH en España es de alrededor del 4%. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia del TDAH puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado. Además, el TDAH es un trastorno complejo y su diagnóstico puede ser difícil. Por lo tanto, las cifras exactas pueden variar dependiendo de las definiciones y criterios utilizados para diagnosticar el TDAH. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica.

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En cuanto a la prevalencia en función del sexo, y habiendo también diferencias en función de los distintos estudios, aparece una mayor frecuencia de niños que de niñas. Mientras que las niñas con TDAH suelen presentar más inatención que los niños, en los niños con TDAH encontramos más síntomas de hiperactividad-impulsividad, a veces acompañada de agresividad, lo que provoca una mayor demanda de los padres en los servicios de salud en comparación con las niñas. En cuanto a las formas de presentación, la más frecuente es la combinada (cerca de las tres cuartas partes), luego la inatenta (en torno a una cuarta parte) y finalmente la hiperactiva-impulsiva (muy infrecuente).

FuentePrevalencia niñosPrevalencia adolescentesPrevalencia adultosPrevalencia
población general
Diferencias sexo
DSM-III-R (APA, 1987)3 %
DSM-IV (APA, 1994)3-5 %
DSM-IV-Tr (APA, 2000)3-7 %
DSM-V (APA, 2013)5%2,5 %;ayor frecuencia de niños que de niñas (2:1). En adultos 1,6:1.
OMS. Aportó los datos de un estudio en diez países, con sujetos de 18 a 44 años.3,4%
Polanczky et al. (2007). Revisión sistemática de la prevalencia del TDAH en la infancia y la adolescencia a nivel mundial. 6,482,74%5,29%
Simon et al. (2009), en un estudio de metaanálisis, estimaron que la prevalencia de TDAH en población adulta, si bien consideran que la validez poco clara de los criterios de diagnóstico del DSM-IV puede conducir a tasas de prevalencia reducidas, al subestimar la prevalencia del TDAH en adultos.2,5 %
Catalá-López et al. (2012). Metaanálisis de los estudios de prevalencia de TDAH en menores de 18 años en España.6,8 %
Thomas et al. (2015). Metaanálisis a nivel mundial en el que se incluyeron estudios de niños que utilizaron los criterios de diagnóstico de DSM-III, DSM-III-R y DSM-IV en cualquier idioma. 7,2 %
Novick et al. (2006). Estudio con población clínica en distintos países.Mayor frecuencia en niños 3:1 a 16:1 entre países.

Disfunciones sexuales, trastornos parafílicos y Disforia de género

Disfunciones sexuales (DS)

La prevalencia de las disfunciones sexuales en España varía según la fuente y el método de investigación, pero se estima que aproximadamente el 40% de las mujeres y el 30% de los hombres en España experimentan disfunciones sexuales en algún momento de sus vidas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia de las disfunciones sexuales puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado, así como también puede variar según la definición y criterios utilizados para diagnosticar las disfunciones sexuales. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica.

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Como se puede ver, según el DSM-5, en los hombres entre el 6% (de los hombres más jóvenes, entre 18-24 años) y el 41% (de los hombres mayores, entre 66-74 años) podrían presentar problemas con el deseo sexual, aunque el cuadro clínico de deseo sexual hipoactivo solo afectaría al 1,8% de hombres entre 16-44 años. Respecto al Trastorno eréctil, con diferencias importantes según la edad, el DSM-5 indica que el 13-21% de hombres entre 40-80 años de edad tienen problemas frecuentes de erección, y este porcentaje asciende al 40-50% de hombres de más de 60-70 años. Más allá de estas cifras, aproximadamente el 20% de hombres expresan haber sentido el temor de no conseguir alcanzar o mantener su erección ante su primera experiencia sexual y, de hecho, el 8% llegó a tener esos problemas hasta el punto de tener que retrasar la penetración. Por lo que se refiere a la eyaculación temprana o precoz, el DSM-5 afirma que más del 20%-30% de hombres entre 18-70 años manifiestan preocupación por la rapidez en que eyaculan, aunque dice que con la nueva definición (criterio de un minuto), solo el 1-3% de hombres sería diagnosticado. El DSM-5 no establece una prevalencia para la eyaculación retardada y reconoce que esto se debe a una definición poco precisa para este cuadro clínico. Lo que sí indica es que un 25% de no siempre eyacula durante la actividad sexual y que menos del 1% cumple el criterio de que el problema dure más de seis meses.

DisfunciónMasters
y Johnson
(1987)
Labrador
(1987)
Vázquez
et al. (1990)
Spector
y Carey
(1990)
Ballester
y Gil (1995)
DSM-III-R
(1988)
DSM-IV-TR
(2000)
DSM-5
(2013)
Bajo deseo161-1525206-41
Disfunción
eréctil
7-107-204-91481013-21
Eyaculación
precoz
15-2036-383-1336-3839302720-30
1-3
Disfunción
orgásmica
Infrecuente4-10181025
DispareuniaInfrecuente6Infrecuente3
Prevalencia de disfunciones sexuales masculinas en población general (en %).

El rango de prevalencia que establece el DSM-5 para el trastorno orgásmico femenino es amplio y elevado (20-42%) en función de la edad, la duración y gravedad de los síntomas. También se indica que en torno a un 10% de las mujeres no tienen ni un solo orgasmo en toda su vida. El DSM-5 no aporta datos sobre la prevalencia del trastorno de dolor génito-pélvico/penetración, lo cual resulta normal teniendo en cuenta que resulta de nueva creación. Sin embargo, se dice que aproximadamente el 15% de las mujeres norteamericanas informan dolor recurrente en sus relaciones.

DisfunciónMasters
y Johnson
(1987)
Labrador
(1987)
Vázquez
et al. (1990)
Ballester
y Gil (1995)
DSM-III-R
(1988)
DSM-IV-TR
(2000)
DSM-5
(2013)
Bajo deseo351-35372033
Trastorno de
la excitación
2220
Anorgasmia20465-4042302510-42
Dispareunia152-3429515
Vaginismo2-34515
Prevalencia de disfunciones sexuales femeninas en población general (en %).

Trastornos parafílicos (TP)

La prevalencia de los trastornos parafílicos en España es difícil de establecer con precisión debido a la naturaleza privada de estos comportamientos y a la falta de investigaciones específicas sobre esta área en España. Sin embargo, se estima que la prevalencia de los trastornos parafílicos es baja en la población general en España, aunque puede variar según el trastorno específico. Es importante mencionar que estos trastornos pueden tener efectos negativos significativos en la vida de las personas que los experimentan y en las vidas de las personas que están involucradas en ellos, y se recomienda buscar ayuda profesional si se experimentan estos comportamientos. Sin embargo, es importante mencionar que no hay suficientes estudios específicos para España, por lo que las cifras pueden variar y no estar precisas.

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El DSM-5 reconoce que se desconoce su prevalencia entre la población general.

Trastornos parafílicos (TP)HombresMujeres
Voyeurismo12%4%
Exhibicionismo2-4%
Frotteurismo>30% población general
10-14% trastornos parafílicos e hipersexualidad
Sadismo sexual2 al 30%2 al 30%
Ppedofilia 3-5%
Travestismo<3%
Estimación prevalencia algunos Trastornos parafílicos (TP).


En los niños, la proporción de los nacidos hombres frente a las nacidas mujeres está entre 2:1 y 4,5:1; en los adolescentes está próxima a la paridad, y en los adultos, las proporciones oscilan entre 1:1 y 6,1:1. Curiosamente el DSM-5 indica que en dos países, la proporción entre sexos parece favorecer a las nacidas mujeres (Japón: 2,2:1, y Polonia: 3,4:1).

♂️ Disforia de género (DG)

La prevalencia de la disforia de género en España varía según la fuente y el método de investigación, pero se estima que aproximadamente el 0.5% de la población adulta en España tiene disforia de género. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia de la disforia de género puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado, así como también puede variar según la definición y criterios utilizados para diagnosticar la disforia de género. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica. Es importante mencionar que, en general, la disforia de género es un trastorno poco estudiado y poco comprendido en España, por lo que las cifras disponibles pueden ser incompletas y pueden variar con el tiempo.

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Disforia de género (DG)HombresMujeres
Adultos0,005 – 0,014% 0,002 – 0,003%
Estimación prevalencia Disforia de género (DG) entre personas que han buscado tratamiento médico en consultas especializadas.

Adicciones a sustancias

La prevalencia de las adicciones a sustancias en España varía según la sustancia específica y la población estudiada. Sin embargo, se estima que alrededor del 7% de la población adulta en España tiene algún tipo de trastorno relacionado con el uso de sustancias. Algunas de las sustancias más comúnmente abusadas en España incluyen el alcohol, el tabaco, la marihuana, la cocaína y los opiáceos. La prevalencia de las adicciones a sustancias puede variar según el grupo de edad, el género y otros factores demográficos. Es importante mencionar que las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica.

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Se estima que actualmente uno de cada 20 adultos, de 15 a 64 años, han consumido al menos una droga en el último año. En torno a 30 millones de personas en el mundo sufren del trastorno por consumo de sustancias, de los cuales unos 12 millones se las inyectan. 

SustanciaConsumo vidaConsumo últimos 12 mesesConsumo últimos 30 díasEdad de Inicio
Alcohol91.275.262.717.3
Tabaco69.740.938.816.8
Cannabis35.211.09.119.1
Éxtasis3.60.60.221.4
Alucinógenos4.50.40.122.1
Anfetaminas/speed4.00.50.220.4
Cocaína (polvo y/o base)10.32.21.121.8
Heroína0.60.10.122.4
Inhalables volátiles0.60.10.019.8
Hipnosedantes con y sin receta20.811.17.534.9
Prevalencia de consumos de drogas en España, 2017 (encuesta de la población general de 15-64 años). Fuente: OEDYLT (2019).
SustanciaConsumo vidaConsumo últimos 12 mesesConsumo últimos 12 meses
Varones
Consumo últimos 12 meses
Mujeres
Consumo últimos 30 díasEdad de Inicio
♀️ Alcohol77.975.974.177.558.514.0
♀️ Tabaco41.335.031.438.526.714.1
♂️ Cannabis33.027.529.225.919.314.9
♂️ Éxtasis2.61.92.41.40.715.4
♂️ Alucinógenos1.91.42.00.80.515.2
♂️ Anfetaminas1.51.11.50.80.515.4
♂️ Cocaína (polvo y/o base)2.92.43.21.70.915.2
♂️ Heroína0.70.50.70.30.314.5
♂️ Inhalables volátiles1.71.01.30.80.514.0
♂️ GHB0.60.40.50.30.214.4
♀️ Hipnosedantes sin receta8.66.14.77.42.914.3
♀️ Hipnosedantes con y sin receta18.412.59.815.16.414.0
Prevalencia de consumos de drogas en España, 2018/2019 (encuesta de la población escolar de 14-18 años). Fuente: OEDYLT (2020).

En relación a las diferencias por sexo, la prevalencia de consumo de drogas en la población general es bastante más elevada en hombres que en mujeres, sobre todo en el caso de sustancias ilegales, exceptuando los hipnosedantes sin receta. En cuanto al consumo de sustancias entre los estudiantes de 14 a 18 años que cursaban Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en la última encuesta de 2018/2019 (OEDYLT, 2020), un 58,2 había consumido alcohol en los 30 días previos a la encuesta, y un 26,7% tabaco. A estas sustancias, le sigue el cannabis, con una prevalencia del 19,3%, y la cocaína con un 0,9%. En la encuesta previa de 2016, el 12,5% fumaba tabaco diariamente y el 2,7% consumía alcohol diariamente; otro 2,7% consumía cannabis diariamente y un 0,9% tomaba hipnosedantes diariamente. Destaca el incremento del número de borracheras. Así, en los estudiantes de secundaria el porcentaje de borracheras en los 30 días previos a la encuesta ha sido de un 16,1% en 1994, un 25,6% en 2006, un 35,6% en 2010, un 22,6 en 2014 y un 24,3 en 2018. En el caso del tabaco hay oscilaciones de año a año, lo que indica cierto nivel de estabilidad.

El consumo de cannabis es muy elevado en los estudiantes de ESO de 14 a 18 años (27,5% para los últimos 12 meses), con un mayor consumo de los varones que las mujeres (29,2% de los hombres y 25,9% de las mujeres, en los últimos 12 meses), pero acercándose. Igualmente, se ha producido un enorme incremento en el consumo de hipnosedantes, con o sin receta médica, tanto en la población adulta como en la población escolarizada. Algo está ocurriendo aquí que va más allá de la mera demanda de sustancias. El riesgo percibido ante distintas conductas de consumo de drogas ha disminuido claramente, sobre todo en el caso del alcohol, el cannabis y los hipnosedantes, tanto en la población general como entre los estudiantes de ESO. Además, ha aumentado la disponibilidad percibida de cannabis y cocaína, tanto en la población general de 16 a 65 años como en los estudiantes de ESO de 14 a 18 años, si bien en la población general la tendencia es hacia la estabilización a partir de 2001.


Adicciones comportamentales

♂️ Adicción al juego: trastorno por juegos de apuesta

La prevalencia del trastorno por juego de apuestas en España varía según la fuente y el método de investigación, pero se estima que aproximadamente el 1% de la población adulta en España tiene un trastorno por juego de apuestas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia del trastorno por juego de apuestas puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado, así como también puede variar según la definición y criterios utilizados para diagnosticar el trastorno. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica. Es importante mencionar que el juego patológico o trastorno por juego de apuestas es un problema de salud mental importante en España, y se recomienda buscar ayuda profesional si se experimenta un patrón de juego problemático.

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Calado y Griffiths (2016). En una revisión sistemática de estudios epidemiológicos llevados a cabo en todo el mundo, se puso de manifiesto que el TJA es un trastorno que padecen anualmente entre el 0,1% y el 5,8% de la población, mostrando unas diferencias muy considerables entre los diferentes países y continentes.

Resultados en los que suelen coincidir los estudios, que son los siguientes:

  • La población general suele jugar con más frecuencia a loterías, loterías presorteadas, apuestas deportivas y máquinas de juego. Sin embargo, los juegos más frecuentes por parte de jugadores problemáticos o patológicos son las máquinas de juego y el juego online.
  • Entre las personas que tienen problemas con el juego predominan los hombres; solteros o separados; jóvenes; con nivel educativo bajo; pertenecientes a minorías étnicas; a personas que han nacido en el extranjero; en situación de desempleo o con bajos recursos económicos.

Probablemente, el factor más determinante en la incidencia y prevalencia de la adicción a los juegos de apuesta, y lo que puede marcar la diferencia entre diferentes países, son las condiciones en las que se presenta el juego en el contexto en el cual se evalúa. Y ello depende, en gran medida, de las normativas sobre el juego, que son bastante diferentes en cada país o incluso dentro de un mismo estado, como es el caso de España, donde las comunidades autónomas tienen competencia en esta materia. Las políticas de juego determinan algunas de las características más relevantes para el desarrollo de una adicción, como son la disponibilidad (oferta de juego), accesibilidad (facilidad de uso y acceso por parte de población vulnerable), tipos de juegos permitidos o prohibidos (ya que no todos los juegos tienen el mismo potencial adictivo), características estructurales de los juegos (programa de contingencia de reforzamiento), publicidad y estrategias de marketing (hay muchas diferencias en cuanto a prohibición, limitación o promoción) y un largo etcétera de condiciones regulatorias que pueden fomentar la exposición al juego y también pueden modificar las consecuencias de esta actividad para el jugador.

HombresMujeresTotal
Ha jugado alguna vez a algún juego de apuestas80,37%72,53%76,32%
Ha jugado alguna vez a algún juego de apuestas en el último año72,2465%68,50%
Ha jugado alguna vez a algún juego online 9,98%2,39%6,06%
Conclusiones encuesta Dirección General de Ordenación de Juego, tres años después de la concesión de las primeras licencias de juego online (2015).

En lo que se refiere a los problemas derivados por el juego, los hombres manifiestan mayores tasas de TJA que las mujeres (1,15% vs. 0,31%, respectivamente). Dichas diferencias por género se producen tanto en el juego tradicional como en el online.

Tavares et al. (2001). En lo que se refiere a la progresión del trastorno, tradicionalmente se ha considerado que las mujeres presentan el denominado «efecto telescópico», caracterizado por un inicio más tardío en el juego pero una progresión más rápida hacia la enfermedad una vez que comienzan a apostar o aparecen los primeros síntomas del trastorno.
Ibáñez et al. (2003). Con independencia de que el principal motivo tanto para hombres como para mujeres es el ganar dinero, los hombres encuentran mayor excitación en el riesgo y la competición que las mujeres, las cuales suelen jugar como reacción ante estados emocionales negativos, principalmente depresivos o utilizarlo como mecanismo de escape, así como una forma de superar el aburrimiento.
Wenzel y Dahl (2009). Por regla general, las mujeres participan con mayor frecuencia en juegos de azar puro (bingo, máquinas tragaperras), mientras que los hombres, además de en estos juegos, apuestan en actividades que requieren cierto grado de habilidad.
McCormack et al. (2014). Las emociones que causan el juego en mujeres y hombres con problemas de juego son diferentes. Mientras que los hombres suele ser una mezcla de ira y excitación, las mujeres padecen vergüenza y culpa.
Slutske et al (2015). Estudios con muestras de población general muestran una progresión más rápida de los hombres para el desarrollo del TJA cuando se estudia no con pacientes sometidos a tratamiento, sino con muestras muy amplias de población general.

La población adulta suele jugar más que el resto (adolescentes, jóvenes o mayores) a juegos tradicionales (bingo, casinos, máquinas, póquer, etc.), pero en el caso del juego online, son adolescentes y jóvenes de hasta 26 años los que lo hacen con mayor frecuencia, probablemente por su atracción por las actividades que ofrece el juego y el mayor uso que hacen de las nuevas tecnologías. Es probable que muchos de los jóvenes nacidos alrededor del inicio del siglo XXI nunca se habrían acercado al juego, ni habrían apostado, si no existiera el juego online.

♂️ Adicción a videojuegos: trastorno por videojuegos

La prevalencia del trastorno por videojuegos en España varía según la fuente y el método de investigación, pero se estima que aproximadamente el 2-9% de los jugadores de videojuegos en España pueden tener un trastorno relacionado con el juego. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el trastorno por videojuegos es un término reciente y su definición y los criterios para su diagnóstico están en constante evolución. Además, la prevalencia del trastorno por videojuegos puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado, así como también puede variar según la definición y criterios utilizados para diagnosticar el trastorno. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica. Es importante mencionar que el juego patológico o trastorno por videojuegos es un problema de salud mental importante en España, y se recomienda buscar ayuda profesional si se experimenta un patrón de juego problemático.

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Conviene mencionar que no disponemos de datos de países latinoamericanos ni africanos, debido a los escasos estudios realizados con muestras de estas regiones del mundo.

  • Paulus et al. (2018). Emplearon muestras de diferentes rangos de edad (estudios efectuados solo con adolescentes y otros, con adolescentes y adultos), y arrojaron datos disímiles de prevalencia, que van desde el 0,6% hasta el 50%. La tasa media de prevalencia fue de 5,5%, y los varones presentaron IGD con una frecuencia hasta cinco veces mayor que las mujeres. Las tasas más altas de prevalencia se observaron en jóvenes varones de países asiáticos de entre 12 y 20 años.
  • Miñara y Higuchi (2017). El rango de prevalencia para IGD de la muestra total de cada estudio fue de 0,7% a 27,5%. Las tasas de prevalencia para varones variaron entre 2,0% y 22,7%, y las de las mujeres de 0% a 14,9%. La prevalencia de varones fue mayor que la de las mujeres. En muestras de adolescentes frente a muestras de adultos encontraron que en estos últimos había un descenso, en general, de las tasas de prevalencia conforme aumentaba la edad. Mientras que en los estudios conformados por adolescentes se evidenciaba una mayor estabilidad a lo largo de esta etapa del ciclo vital.

Algunos puntos destacables de los estudios antes mencionados son:

  1. El consenso en cuanto a situar a los varones como aquellos con mayores tasas de prevalencia del trastorno, al ser comparados con las mujeres.
  2. La adolescencia como una etapa de mayor vulnerabilidad, con tasas de prevalencia mayores que en otras etapas del desarrollo.
  3. Los países asiáticos como aquellos con mayores tasas de prevalencia, en contraste con otras regiones del mundo.

Dentro de los posibles factores que provocan esta heterogeneidad de resultados, se destacan los siguientes: diseño del estudio, características y tamaño de la muestra, método de reclutamiento de la misma, edad, ubicación geográfica, instrumentos utilizados, puntos de corte, o criterios diagnósticos. Otra de las explicaciones podría encontrarse en claves culturales.

El Informe anual Newzoo (2019) señala que la región Asia-Pacífico aporta al mercado de los videojuegos el 47% de los ingresos. Con respecto a las demás regiones, América del Norte se sitúa como la segunda en ingresos (26%); mientras que Europa, Oriente Medio y África conforman un solo bloque en dicho informe, y, en su conjunto, son la tercera fuerza económica en la industria de los juegos digitales, con el 23% de los ingresos. Finalmente, América Latina supone el 4% de las ganancias totales. En todas las regiones estudiadas y plasmadas en el Informe Newzoo (2019) se muestra una tendencia de crecimiento anual en las ganancias reportadas. De igual manera, se aprecia que los lugares del mundo en los que se gasta más dinero en videojuegos (los países asiáticos son precisamente aquellos que presentan mayores tasas de prevalencia del trastorno derivado del empleo disfuncional de estos.

Kaess et al. (2017). Entre los correlatos de esta problemática mayormente masculina se han explorado marcadores de tipo neurobiológico como la vulnerabilidad al estrés.
Kaess et al. (2017). Los roles de género impuestos por el entorno y reforzados en ciertos videojuegos, o los estilos desadaptativos de afrontamiento ante situaciones estresantes pueden estar vinculados con estos perfiles masculinos.
King y Delfabbro (2019). Merece ser mencionado el hecho de que la mayoría de videojuegos comerciales son diseñados por hombres y para hombres.
King y Delfabbro (2019). Entre las características de los videojuegos que resultan más atractivas para los adolescentes hombres (que conforman uno de los grupos más vulnerables ante el IGD) se encuentran las siguientes: competición, invasión de territorios, violencia, dominación, imagen hipersexualizada de los personajes femeninos o humor áspero.

Entre los aspectos problemáticos asociados con el IGD se encuentran la cantidad de horas frente a la pantalla, el craving y los impactos negativos en la salud. Se reportan ratios varones-mujeres de, al menos, 2:1, y se evidencia que el patrón de juego es más frecuente, e intenso en los hombres que en las mujeres. Esta tendencia de los varones, no solo a presentar tasas mayores de prevalencia de IGD (o de riesgo de padecer el trastorno) que las mujeres, sino también de jugar videojuegos con más frecuencia y durante períodos de tiempo más largos que ellas, se evidencia incluso desde edades tempranas. Este patrón de juego disfuncional, observado más frecuentemente en varones que en mujeres, ha dado lugar a interesantes estudios a través de los cuales se busca identificar aspectos que puedan estar en la base de estos comportamientos desadaptativos.

King y Delfabbro (2019). Señalan que esta susceptibilidad al riesgo, que caracteriza la adolescencia, podría deberse a distintos factores entre los cuales mencionan los siguientes: factores neurológicos (como el desarrollo inmaduro del córtex prefrontal, que es responsable de la toma de decisiones y del control de impulsos); factores del desarrollo (como la necesidad de pertenencia social, la identidad y el cuestionamiento de la autoridad) y factores culturales (como es la transición a la etapa de educación secundaria que viene acompañada de situaciones estresantes, nuevas responsabilidades y mayor independencia).

La adolescencia se considera como un período de especial vulnerabilidad. Este período evolutivo supone el enfrentar cambios en aspectos físicos y psicológicos, así como la resolución de tareas más complejas que pueden suponer estrés para los jóvenes. En este escenario de transiciones, los videojuegos pueden ser un medio para hacer frente al estrés y a esos requerimientos nuevos y, según King y Delfabbro, habría dos etapas de especial vulnerabilidad: la adolescencia media a tardía y los primeros años de la vida adulta.

Hay autores que plantean que hay una relación de U-invertida entre la edad y el patrón de videojuego problemático, así como con el IGD, por lo que, indican, que estas dificultades, previsiblemente, se van a aminorar en el tramo final de la segunda década, es decir, cuando los gamers estén cerca de cumplir los 30 años.


Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos

♀️ Anorexia nerviosa (AN)

Hudson et al. (2007). Los datos señalan una prevalencia para la AN de 0,9% en mujeres en contraste con un 0,3% en hombres.
Smink et al. (2014). Cuando se tienen en cuenta muestras de jóvenes adolescentes, los índices de prevalencia aumentan hasta un 1,7%.
Hoek y Van Hoeken (2003); Pérez Gaspar et al. (2000); Rojo et al. (2003); Udo y Grilo (2018). En general, los datos sobre prevalencia vital no superan el 1 %. Concretamente, se han encontrado tasas de alrededor del 0,3% y 0,8% en muestras norteamericanas y europeas, y de entre 0,2% y 0,7% en estudios realizados en España.

A pesar de no ser un trastorno con una elevada prevalencia, su gravedad viene dada por concentrarse en una franja de edad muy temprana y por su elevada tasa de mortalidad.

Hoang et al. (2014). Algunos estudios señalan que las personas con AN entre 15 y 44 años presentan una tasa de mortalidad estandarizada entre 11,5% y 14%, mayores que las que se producen en personas con esquizofrenia y con depresión.

La edad media de inicio de la AN se ha estimado entre los 13 y los 18 años.

♀️ Bulimia nerviosa (BN)

Pérez-Gaspar et al. (2000); Rojo et al. (2003). En España, la prevalencia vital parece estar en torno al 0,4-0,8%.
Hoek & Van Hoeken (2003); Kessler et al. (2013); Udo y Grilo (2018). Para la BN se estima una prevalencia vital de 0,28-1% en estudios llevados a cabo en EE. UU., Europa, y a nivel mundial, siendo la prevalencia anual de un 0,14-0,4% .
Hudson et al. (2007). Respecto a la diferencia entre mujeres y hombres, se observan una prevalencia de alrededor del 1,5% para mujeres y 0,5% en hombres.

La edad de inicio de la BN es más tardía que la AN. Es habitual que las pacientes con BN presenten historia previa de AN. En el 10% de los casos evoluciona a un trastorno de atracones. A pesar de que el curso tiende a ser más favorable que el de la AN, la BN puede cronificarse si no se recibe tratamiento.

Kessler et al. (2013). La edad de inicio de la BN se sitúa entre los 18 y los 21 años, con una media de 20,6 años.
Kessler et al. (2013). La evolución media aproximada de un episodio de BN está en 6,5 años, con un rango entre 2,2 y 15,4.
Hoang et al. (2014). Por lo que respecta a la tasa estandarizada de mortalidad, los estudios señalan entre un 4,1 y un 7,7 para las personas entre 15 y 44 años.

♀️ Trastorno de atracones

Hudson et al. (2007). En cuanto a las diferencias entre mujeres y hombres, el trastorno de atracones es el que presenta un mayor porcentaje de hombres en comparación con los diagnósticos de AN y BN, con un 3,5% en mujeres y un 2% en hombres.
Kessler et al. (2013). La prevalencia vital está en torno a un 1,9%.
Kessler et al. (2013). En España la prevalencia anual se sitúa alrededor del 0,8%.
Hoek & Van Hoeken (2003); Kessler et al. (2013); Udo y Grilo (2018). La prevalencia anual es de un 0,44-0,8%.

El trastorno de atracones es el más prevalente de los trastornos alimentarios.

Grilo (2006); Kessler et al. (2013). La edad de inicio del trastorno de atracones es la más tardía de los trastornos alimentarios, situándose alrededor de los 23 años o incluso más tarde.
Kessler et al. (2013). La evolución media de un episodio de trastorno de atracones está en 4,3 años, con un rango que oscila entre 1 y 11,7 años.

Es habitual que estas personas tengan una historia de BN y, con menos frecuencia, de AN. Quienes no consiguen superar el trastorno continúan con el mismo diagnóstico de trastorno de atracones, y en un bajo porcentaje evolucionan a otras formas de trastorno alimentario. La tasa de mortalidad se estima entre el 0-3%, y se asocia principalmente a complicaciones propias de la obesidad.

Obesidad

La obesidad no es un trastorno mental, sino una condición médica general descrita en la CIE-11 como el exceso de tejido adiposo corporal perjudicial que se manifiesta por un exceso de peso y volumen corporal.

Aranceta-Bartrina et al. (2016); Gutiérrez-Fisac et al. (2012). En España la prevalencia de sobrepeso ronda el 39%, siendo alrededor del 22% para la obesidad. Este último porcentaje aumenta con la edad, llegando a ser del 35% para las personas a partir de los 65 años.
Hales et al. (2017). En 2016 se estimó que en EE. UU. la prevalencia se situaba en torno al 39,8% en adultos y 18,5% en jóvenes; en Europa entre el 10 y el 35%.

En general, el pronóstico de la obesidad depende de la gravedad, pero se considera una enfermedad crónica. De hecho, esta se ve agravada con la edad con un aumento gradual de peso que ocurre en la edad adulta y que pasa desapercibido, con una ganancia aproximada de medio kilogramo al año. Por otra parte, la efectividad de los tratamientos médicos y psicológicos solo muestran resultados a corto plazo, mientras que a largo plazo la persona suele haber recuperado el peso o, incluso, superado el peso inicial. El riesgo de muerte asociado a la obesidad es mayor que el de las personas con normopeso, pudiendo llegar a ser de 2,5 veces en aquellas personas con obesidad mórbida. La obesidad se considera la principal causa de las muertes que se producen por enfermedad cardiovascular.


Trastornos del sueño

Insomnio

Grewal y Doghramji (2010). El insomnio es el trastorno del sueño más prevalente. Las tasas de prevalencia a lo largo de la vida están en torno al 25% de los casos en países europeos, ascendiendo hasta el 35% en Estados Unidos.
Lichstein et al. (2017). La franja de edad donde es más común que se produzcan los primeros episodios es durante la primera década de la adultez. Además, la prevalencia es más alta en mujeres que en hombres, aumentando en ambos sexos según el envejecimiento, pese a que en mujeres mayores la sintomatología es menos grave que en varones.

El insomnio se puede dar en cualquier momento de la vida, aunque es ligeramente menos frecuente en fases tempranas de la misma, así como durante la adolescencia.

Trastorno de hipersomnia

Sowa (20I0). No existen diferencias en las prevalencias por sexo, aunque algunos estudios parecen indicar que en las mujeres es ligeramente más elevada.
Saini y Rye (20I7). A nivel europeo se sitúa en ratios que van desde el 0,001% al 1,6% en población general.

El trastorno de hipersomnia no presenta unos marcadores claros, la prevalencia es difícil de establecer. Sin embargo, siempre hay alguien que encuentra la forma de ofrecer unos números sobre prevalencia.

La hipersomnia rara vez se diagnostica en niños aunque los primeros síntomas o presentaciones leves se pueden desarrollar durante la infancia. El patrón más habitual es un inicio en la adolescencia tardía o la adultez temprana hasta los 30 años.

Narcolepsia

Hale et al (2016). La prevalencia parece estar igualada entre hombres y mujeres, aunque en aquellos casos en los que no existe cataplexia hay una mayor proporción de hombres.
Hale et al (2016). El inicio se suele producir durante la adolescencia, aunque algunos estudios determinan que hay dos perfiles de inicio: el primero durante la segunda década de la vida y otro en torno a los 35 años de edad.

Las tasas de ocurrencia del trastorno son muy bajas en la mayoría de países. La ratio está en torno al 0,002 y el 0,06% de la población.

No está claro si el inicio de los síntomas se produce siempre en la adolescencia, ya que más de la mitad de los adultos con el diagnóstico refieren haber tenido síntomas previamente.

Apnea e hipopnea obstructiva del sueño

Benjafield et al. (2019); Senaratna et al. (2017). Las tasas informadas oscilan entre el 6 y el 27% para población adulta general, siendo mucho más elevadas en personas de mayor edad, donde alcanzan el 36% en hombres.
Benjafield et al. (2019); Senaratna et al. (2017). En el caso de las diferencias por sexo, este es un trastorno con una notable incidencia superior en varones. Las tasas para ellos llegan a ser hasta cuatro veces más elevadas que para ellas. Es cierto que, a partir de la menopausia, la prevalencia en mujeres aumenta, siendo la proporción de 1:2 respecto a los hombres del mismo grupo de edad. En el caso de los niños la prevalencia está en torno al 1-2%.

El trastorno por apnea e hipopnea del sueño es el más prevalente en población adulta después del insomnio, y el de mayor prevalencia si solo se tienen en cuenta los trastornos del sueño vinculados a alteraciones respiratorias. Debido a su fuerte asociación con la obesidad, las tasas de personas con síntomas de apnea son muy elevadas. En los estudios epidemiológicos y de revisión, los datos varían notablemente debido a la influencia de la edad de la muestra, así como de la técnica utilizada para su evaluación (siendo el uso de termistores o únicamente de pruebas de desaturación de oxígeno en sangre mucho menos fiables que la polisomnografía).

El inicio de la apnea es variable respondiendo a su causa y evolución. En primer lugar, se observa un patrón en niños entre los tres y ocho años, debido al tamaño de la vía aérea superior. En este caso, la apnea suele desaparecer al principio de la adolescencia con el desarrollo anatómico asociado y el aumento de la tráquea y la garganta. En segundo lugar, destaca un patrón de inicio en la adultez media producido por un aumento en el peso del individuo. En este caso es habitual que el síntoma inicial sea el ronquido, que es frecuente que se produzca con años de antelación. Progresivamente se incrementa la frecuencia e intensidad del mismo y aparecen otros síntomas, como apneas o hipopneas con baja frecuencia. Es habitual que la persona no sea consciente de estas paradas.

Apnea central del sueño

Kerkhof (2017). En un estudio de los Países Bajos se estimaba que únicamente un 4% de los pacientes con trastornos respiratorios del sueño tenían diagnóstico de apnea central.

La apnea central del sueño es un trastorno infrecuente ya que en escasas ocasiones se da por sí mismo en ausencia de otras condiciones médicas. Los pocos datos epidemiológicos existentes indican que es notablemente más frecuente en hombres y en personas de mayor edad.

El inicio de este trastorno se suele fijar tras la aparición de otra condición médica, siendo las más comunes las respiratorias, neurológicas y musculares. Además de ello, cuando el trastorno es idiopático, el inicio suele ser en edades avanzadas.

Hipoventilación relacionada con el sueño

Shepherd y Tsai (2017). Se produce de forma fundamental cuando existen otras afecciones médicas u obesidad que inician y mantienen el problema. Incluso en estos casos su prevalencia no es muy elevada, pese a que son muy diversos los problemas de salud que pueden provocarla.

La prevalencia de la hipoventilación idiopática es muy baja.

El trastorno de hipoventilación suele iniciarse asociado a otras afecciones médicas o a la obesidad. Suele ser progresivamente más grave según aumenta la edad, según empeoran los trastornos asociados o cuando la persona aumenta de peso.

Tipo de fase de sueño retrasada

APA (2013); AASM (2014). La prevalencia de este trastorno se estima entre el 0,17 y el 16% atendiendo a la etapa vital de la población.

Es un trastorno que se da principalmente en adolescentes y en la adultez temprana. Es muy probable que se deba a los cambios en el ritmo circadiano que se producen durante el desarrollo y que se regule con el inicio de la edad adulta y la estabilización del ritmo de sueño-vigilia. A pesar de esto, hay un pequeño aumento en torno a los 50-60 años de edad.

El inicio se suele producir en la adolescencia, desapareciendo con la vida adulta, donde es poco prevalente. Las personas que han sufrido este trastorno durante la adolescencia pueden tener recaídas, sobre todo asociadas a cambios vitales que afecten a las rutinas y los horarios habituales. En torno a los 60 años de edad hay un segundo inicio, producido probablemente por los cambios hormonales asociados a la vejez, así como por los cambios sociales relacionados con la jubilación.

Tipo de fase de sueño avanzada

APA (2013). La prevalencia de este trastorno se estima en torno al 1 % en personas de media edad siendo probablemente más elevada en la vejez, aunque el dato exacto es desconocido.

El inicio se suele determinar al final de la edad adulta y antes de la vejez. Conforme aumenta la edad es más probable que se sufra el trastorno y que este tenga una mayor gravedad. El desfase horario puede aumentar con cambios en las rutinas por causas sociales o ambientales.

Tipo de fase de sueño irregular

Este trastorno es algo más frecuente en ancianos y en los últimos años de la adultez pese a que la prevalencia es desconocida. Sin embargo, no hay datos fiables sobre las diferencias por sexo, pese a que se sabe que una mayor edad se asocia con una mayor somnolencia diurna.

Tipo de fase de sueño vigilia no ajustado a las 24 horas

Se desconoce la prevalencia exacta en individuos sin otros trastornos. En personas invidentes se sitúa en torno al 50% (APA, 2013). El trastorno se suele presentar de forma persistente, alternándose con etapas asintomáticas.

Trastornos del despertar del sueño no MOR (sonambulismo, terrores nocturnos, arousals confusionales)

Bjorvatn et al. (2010). Presentan datos epidemiológicos de los trastornos incluidos en el despertar en sueño no MOR, en una muestra representativa de adultos europeos. En este estudio se observa que la prevalencia de sufrir algún episodio puntual es muy elevada (entre el 4 y el 66,8%). No obstante, las prevalencias de síntomas ocurridos en los últimos tres meses se sitúan entre el 1,7% y el 6,9%.
Castelnovo et al. (2018). El inicio del trastorno durante la adultez es altamente infrecuente. De esta forma, se recomienda la exploración de otras alteraciones del sueño que puedan estar provocando el inicio de este trastorno.

Los trastornos del despertar del sueño no MOR son más habituales durante la infancia, desapareciendo con el aumento de edad y siendo relativamente poco frecuentes en adultos. Muy posiblemente uno de los factores explicativos de la mayor prevalencia en niños se deba a la gran proporción de sueño en fases de sueño profundo, respecto al sueño normal en adultos. A medida que la proporción de sueño de onda lenta se reduce hay una disminución en el número de episodios.

Trastornos de pesadillas

Bjorvatn et al. (2010). En estudios europeos se sitúa en un 2,8% el número de personas que han sufrido al menos un episodio la última semana y un 19,4% en los últimos tres meses.
APA (2013). A nivel mundial se estima entre un 1,3 y un 3,9% en niños y entre un 1 y 2% en adultos.

El trastorno de pesadillas suele darse con una mayor frecuencia en la infancia hasta el inicio de la adolescencia, momento en el que disminuyen o desaparecen.

APA (2013). Hay un segundo pico en torno a los 30 años donde la prevalencia se vuelve mayor en mujeres (APA, 2013).

Trastornos del comportamiento en sueño MOR

Galbiati et al. (2019); Jozwiak et al. (2017). Existe una elevada presencia del diagnóstico junto con la enfermedad de Parkinson, haciendo, además, que el proceso degenerativo sea más veloz y perjudicial.
APA (2013); Haba-Rubio et al. (2018). La prevalencia de este trastorno es baja, situándose en torno al 0,38 y 1,06%.

Este trastorno presenta una elevada comorbilidad con trastornos degenerativos.

♀️ Síndrome de las piernas inquietas

Buchfuhrer (20I6). El trastorno se produce casi con el doble de frecuencia en mujeres que en hombres y aumenta con la edad, hasta llegar a un pico en torno a los 60 años donde se estabiliza y la predominancia de mujeres disminuye sin dejar de ser superior a la frecuencia en hombre.

La sintomatología necesaria para el diagnóstico del trastorno se da entre un 4,4 y un 10,6 % en adultos. Pese a ello, hay que tener en cuenta que no todos ellos son diagnosticados y que, a menudo, tardan años en acudir a consulta tras la aparición de los primeros síntomas.

El inicio se puede dar a lo largo de toda la vida, pero lo más habitual es que se sitúe en torno a los 40 años y que la sintomatología empeore con la edad.


El espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos

Esquizofrenia

La prevalencia de la esquizofrenia en España varía según la fuente y el método de investigación, pero en general se estima que la prevalencia de esquizofrenia en España es de alrededor del 1%. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia de la esquizofrenia puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado. Además, la esquizofrenia es un trastorno complejo y su diagnóstico puede ser difícil. Por lo tanto, las cifras exactas pueden variar dependiendo de las definiciones y criterios utilizados para diagnosticar la esquizofrenia.

OpenAI
Read y Dillon (2013). Aunque se considera que los datos epidemiológicas dados se mantienen estables, lo cierto es que hay variaciones incluso en el mismo país, superior en zonas urbanas sobre todo si están muy pobladas (de hecho, se alude a un factor etiológico como el urbanismo) y entre colectivos minoritarios y migrantes.
Häfner (2014). Entre los hombres se observan síntomas en general más graves, de la dimensión negativa, e ideas delirantes de grandiosidad, siendo predictores la suspicacia y la comunicación desorganizada. En las mujeres se aprecian más alucinaciones y comportamiento extraño, siendo predictoras las dificultades en la atención.
Kahan et al. (2015); Van Os y Kapur (2009). La esperanza de vida de estas personas puede llegar o reducirse hasta en 15 años: por suicidio (edades tempranas), deficiencias en la dieta, obesidad, sedentarismo, problemas metabólicos derivados de los tratamientos, tabaquismo y problemas cardíacos (edades tardías).
Guloksuz ay Van Os (2018). La mortalidad está más asociada a los hombres.

Con respecto al sexo, los hombres inician antes el proceso psicótico (15-24 años de edad), y probablemente por eso suele ir asociado deterioro cognitivo; las mujeres lo inician de tres a cuatro años más tarde (15-29% años).

Fuente Incidencia anual Prevalencia puntualRiesgo vital
estimado
Häfner (2014)1-1,7 /1.0004,5 /1.0000,7%

Aunque la esquizofrenia siempre se ha ligado a un inicio temprano con respecto a la edad, se describe una forma de aparición tardía (45 años o más), incluso de edad avanzada (60 años o más), con características de mayor sistematización en los delirios y menos deterioro, probablemente porque la persona ha podido desarrollar mejor sus recursos cognitivos. Es la clásica parafrenia. a caballo entre la esquizofrenia y el trastorno delirante.

Trastorno esquizofreniforme

FuentePrevalenciaIncidencia anual
Borgen (2009)0,5-1,5%hasta 5/10.000

Comparativamente con la esquizofrenia, el inicio es más rápido, con una fase prodrómica muy breve. Se considera que hasta dos tercios evolucionan hacia la esquizofrenia o el trastorno esquizoafectivo.

Trastorno esquizoafectivo

Como en el caso de la esquizofrenia, el inicio puede ser abrupto o insidioso, con un curso prolongado. Es común que se dé una fase prodrómica donde sean visibles los síntomas afectivos. El curso habitual es episódico con remisiones, siendo más frecuentes los episodios depresivos. Tiene mejor pronóstico que la esquizofrenia.

FuentePrevalencia vital
APA (2013)0,3%

Se estima una incidencia superior en mujeres.

Trastorno esquizotípico

El trastorno se evidencia en la adolescencia tardía o adultez temprana, sin un comienzo definido. Puede persistir durante años con fluctuaciones en la intensidad y expresión de los síntomas, pero raramente evoluciona hacia la esquizofrenia. En general, el pronóstico no es desfavorable.

FuentePrevalencia vital en población generalPrevalencia vital en población clínica
APA (2013)4,6%1,9%

La incidencia es superior en hombres.

Trastorno psicótico breve o agudo y transitorio

La prevalencia del trastorno psicótico breve o agudo y transitorio (Brief Psychotic Disorder) en España varía según la fuente y el método de investigación, pero se estima que aproximadamente el 0.1-0.5% de la población adulta en España tiene un trastorno psicótico breve o agudo y transitorio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia del trastorno psicótico breve o agudo y transitorio puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado, así como también puede variar según la definición y criterios utilizados para diagnosticar el trastorno. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica. Es importante mencionar que el trastorno psicótico breve o agudo y transitorio es una condición poco estudiada y poco comprendida, y se recomienda buscar ayuda profesional si se experimentan síntomas psicóticos.

OpenAI

Mayor incidencia en mujeres. El predominio de los síntomas más cercanos a la esquizofrenia se aprecia en hombres.

FuentePrevalencia de los primeros episodios
APA (2013)9%

Se estima un inicio de mediana edad (30 años), sin que esté asociado a un mal ajuste premórbido o mayor riesgo familiar. Se aprecia un deterioro acelerado en el funcionamiento social e laboral.

Trastorno delirante

La prevalencia del trastorno delirante en España varía según la fuente y el método de investigación, pero se estima que aproximadamente el 0.5-1% de la población adulta en España tiene un trastorno delirante. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prevalencia del trastorno delirante puede variar según la población estudiada y el método de investigación utilizado, así como también puede variar según la definición y criterios utilizados para diagnosticar el trastorno. Además, las cifras pueden variar dependiendo de la calidad y el alcance de los servicios de salud mental y de apoyo disponibles en una región específica. Es importante mencionar que el trastorno delirante es una condición poco estudiada y poco comprendida, y se recomienda buscar ayuda profesional si se experimentan síntomas de delirio.

OpenAI
Rodriguez-Testál et al. (2010). Una mitad de los casos mejoran, un 25% de los casos evolucionan a versiones de la esquizofrenia y un 10% a trastornos del estado de ánimo.

El inicio del trastorno delirante es normalmente tardío, entre 35-45 años de edad. El delirio más común es el persecutorio (hasta el 70% de los casos). Á menudo aparece un ánimo disfórico e irritable, con riesgo de comportamientos violentos, o estados interminables de litigios y disputas. El curso es normalmente crónico, con tendencia al enquistamiento de la actividad delirante. En términos generales, el pronóstico no es favorable.

FuentePrevalencia vital
APA (2013)0,2%

En los hombres sobresalen ciertos delirios como el de celos.

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Referencias

  • Belloch, Sandín, Ramos Campos, and Sandín, Bonifacio. Manual De Psicopatología. 3ª edición. Madrid [etc.]: McGraw-Hill Interamericana De España, 2020. Print.

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